Acción de Gracias sigue girando en torno a la familia, el fútbol y, por supuesto, la COMIDA. Esperamos con impaciencia el banquete y nos deleitamos pensando en el relleno, los boniatos y el postre. Pero para muchos niños la mesa de Acción de Gracias puede resultar abrumadora.
El sistema sensorial tiene mucho que procesar; organiza e interpreta muchas sensaciones sensoriales. Cada alimento tiene un olor, un tacto, un sabor y un aspecto diferentes.
Hemos proporcionado algunas estrategias sencillas que pueden aliviar la ansiedad que muchos niños experimentan en torno a las mesas navideñas.
- Presente a su hijo un plato vacío y sugiérale que le ponga dos alimentos. Dele tres opciones (que incluyan un alimento preferido) y pídale que elija dos. Las opciones pueden ponerse en el plato juntas o por separado.
- Comience con una porción muy pequeña de cada alimento. Ellos siempre pueden, o tú siempre puedes OFRECERles más.
- Habla de la comida mientras la pones en el plato: "Los boniatos son tan dulces y se sienten tan bien y cremosos en la boca".
- Celebra un "ensayo general" o un mini Día de Acción de Gracias antes de la gran fiesta, eligiendo algunos de los platos que se servirán el gran día.
- Si la comida se sirve en familia, anime a su hijo a participar en el reparto de los distintos platos. Pídele que ayude a servir a la persona sentada a su lado.
- Si Acción de Gracias es en tu casa, anima a tu hijo a que te ayude a prepararte:
- Ayuda a poner la mesa.
- Haz adornos para la mesa.
- Ayuda a preparar una de las comidas contigo; quizás una comida preferida (postre) y otra no preferida.
Sobre todo, ¡que pases unas maravillosas y agradecidas fiestas!