DRBI son las siglas de Developmental Relationship-Based Intervention (intervención basada en el desarrollo de las relaciones).
La DRBI es un modelo de desarrollo humano a lo largo de la vida que integra los niveles de funcionamiento del desarrollo social/emocional con el procesamiento sensorial y somatosensorial individual (nuestra capacidad para interpretar e integrar la información sensorial), y los sitúa en el contexto de estar con los demás y relacionarse con ellos.
El núcleo de este modelo es la idea de que el afecto emocional impulsa la planificación y la ejecución de la acción. El afecto es la razón por la que haces algo. Es el PORQUÉ de ir a la tienda (porque tienes hambre), cambiar de canal (porque estás aburrido) e inclinarte para recibir un abrazo (porque estás enamorado). Cómo se exprese este afecto dependerá del perfil sensorial individual de la persona. Y este afecto se expresa, nutre y satisface en las relaciones significativas con los demás. Nacemos, crecemos y nos nutrimos de las relaciones con los demás, y todo lo que hacemos se nutre, florece y realiza en el contexto de relaciones significativas. Al menos, así es cuando una vida prospera.
La D de DRBI significa Desarrollo.
Dentro de este ámbito, el modelo abarca toda la vida de una persona, desde la cuna hasta la tumba, e identifica 16 Capacidades funcionales del desarrollo emocional, o FEDC. El recién nacido, con sólo unos segundos de vida y en brazos de un padre o cuidador cariñoso, experimenta la primera FEDC de percepción del mundo (luz, sonido, olor, textura y sabor), junto con los primeros atisbos de apego amoroso con otro ser humano. Así comienza una cascada de sensaciones y experiencias internas y externas que el niño convierte en acción, reacción e interacción con los demás y el mundo que le rodea. Aprende lo que puede y lo que no puede hacer con las cosas, para las cosas y gracias a las cosas. A medida que el niño envejece y adquiere experiencia, aprovecha nuevas capacidades cognitivas y emocionales que apoyan su experiencia: Desde el pensamiento abstracto (FEDC 6), ver el bosque a través de los árboles (FEDC 8), planificar el futuro (FEDC 11), crear y estar en una familia propia (FEDC 15) y, por último, hasta la dorada puesta de sol de reflexionar sobre la propia trayectoria vital (FED 16). Para cada fase de la vida hay un FEDC que enriquece la experiencia.
Sin embargo, la danza dinámica del desarrollo no puede entenderse sin reconocer las diferencias individuales. La forma en que uno experimenta el mundo puede tener un gran impacto en cómo uno se siente acerca de la experiencia, dentro y fuera.
Cada ser humano nace con un plan individual y único para experimentar el mundo sensorial y relacionarse con él. Todos saboreamos una manzana, sentimos el peso de nuestro cuerpo al sumergirnos en una bañera y oímos el estruendo de los tambores durante un concierto. Pero la forma en que saboreamos, sentimos y oímos varía en función de nuestro perfil sensorial individual, y este perfil puede cambiar con el tiempo a medida que envejecemos. También somos únicos en la forma en que nuestro cuerpo se mueve en el espacio. Mientras que los FEDC son el QUÉ de la vida (¿QUÉ está ocurriendo y cuál es nuestra capacidad de desarrollo para participar en lo que está ocurriendo?), la diferencia individual es el CÓMO (¿CÓMO estamos experimentando lo que está ocurriendo con nuestro cuerpo y nuestros sentidos?).
La R y la B de DRBI significan Relationship-Based (basado en las relaciones).
Somos animales de rebaño por diseño evolutivo, diseñados para sobrevivir y prosperar en compañía de la comunidad. Cuando pensamos en el bebé y en el niño pequeño (o en cualquier etapa del desarrollo, gracias a nuestros FEDC), vemos que la mente y el cuerpo en desarrollo deben estar en compañía de otras personas que se preocupen por nosotros y que respondan a nuestras necesidades, que nos sacudan cuando nos caemos, que nos ayuden a dar los últimos pasos y a agarrarnos a la rama del árbol, y que estén dispuestas a celebrar y criticar nuestros triunfos y pruebas. Es a través de la relación como sabemos quiénes somos, qué es exactamente lo que hacemos (o casi, dependiendo de si la persona está prestando atención) y qué aprendemos sobre lo que hacemos. La relación es el CON de nuestra experiencia, es decir, CON quién estamos compartiendo este QUÉ que estamos haciendo y el CÓMO estamos sintiendo la experiencia.
La I de DRBI significa Intervención.
La intervención es un enfoque personalizado y estructurado diseñado para apoyar y promover un desarrollo saludable. Diseñada a partir de un profundo conocimiento de la etapa de desarrollo y las capacidades de cada persona, la intervención en el ámbito DRBI sirve para aprovechar los puntos fuertes y las capacidades de cada individuo. La intervención es la FORMA en que se cultivan el crecimiento y el progreso; es a través de la colaboración de equipos multidisciplinares, que conocen las características únicas del individuo y la importancia de las relaciones significativas, como podemos recibir un apoyo holístico e integral que demuestre resultados positivos.
En la intersección de la naturaleza y la crianza es donde mejor se expresa el modelo DRBI, ya que es aquí donde la expresión individual de las capacidades emocionales funcionales se adopta a través de relaciones significativas con los demás.
Positive Development es el único proveedor de atención al autismo que emplea un enfoque holístico a través del modelo Developmental Care. A diferencia de las prácticas tradicionales donde los miembros del equipo de atención operan de forma independiente, nuestros médicos colaboran, mejorando las habilidades de los demás a través de disciplinas para asegurar un tratamiento individualizado y progresivo para cada niño. Obtenga más información sobre nuestros programas y servicios de atención al desarrollo.