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Preguntas frecuentes sobre la estimulación: Cómo es, causas y más

18 de marzo de 2025
21 de marzo de 2025

La estimulación se refiere a comportamientos repetitivos y autoestimulantes (o autorreguladores), ya sea en sonido o movimiento, para manejar emociones fuertes o entradas sensoriales. Aunque todo el mundo estimula de alguna manera, el comportamiento de estimulación es más común en las personas diagnosticadas de autismo, pero es único en cada individuo.

¿Cómo es la estimulación?

Es importante tener en cuenta que todo el mundo tiene algún tipo de tendencia a estimularse, incluidas las personas neurotípicas. Por ejemplo, muchas personas tienden a mover las piernas cuando están ansiosas o estresadas. En el caso de los autistas, la necesidad de estimularse puede ser más difícil de controlar y más evidente. Entre las conductas de estimulación más comunes se encuentran batir las manos o mecerse hacia delante y hacia atrás. Muchos hábitos de estimulación no son muy aceptados en situaciones sociales. Por ejemplo, crujirse los nudillos puede ser socialmente aceptable, pero la estimulación autista, como agitar las manos, puede estar mal vista.

¿Cuáles son las causas de la estimulación?

Los niños se estimulan de diversas maneras para hacer frente a sus sentimientos o emociones. La estimulación suele estar provocada por el estrés, las emociones fuertes (buenas o malas), la sobrecarga sensorial o simplemente porque les reconforta o les satisface en ese momento. La estimulación puede ayudar al niño a sentirse más alerta y a mejorar su concentración y compromiso. Por ejemplo, un niño autista puede mecerse hacia adelante y hacia atrás mientras alguien le habla, ya que le ayuda a concentrarse. Nota: los desencadenantes y el comportamiento estimulante son únicos en cada individuo y no deben compararse con los de otras personas.

¿Puedes controlar los estímulos?

La estimulación no es algo malo, siempre y cuando no se convierta en algo perjudicial. Dado que la estimulación es un comportamiento visible vinculado a sentimientos y emociones, es más apropiado encontrar formas de entender y gestionar la estimulación que intentar eliminarla por completo. Reconocer los desencadenantes del comportamiento de estimulación puede ayudar a encontrar estrategias para regularlo, si es necesario. Por ejemplo, un niño autista puede sentirse ansioso y sobreestimulado por los ruidos fuertes. Un entorno ruidoso puede desencadenar la estimulación, por lo que encontrar un espacio tranquilo es una solución eficaz y manejable.

La estimulación es una herramienta de autorregulación crucial para los niños autistas, que les permite procesar emociones y hacer frente a la sobrecarga sensorial. En lugar de intentar eliminar estos comportamientos, es esencial encontrar formas de apoyo para gestionarlos, garantizando que los niños puedan expresarse libremente mientras se sienten comprendidos y cómodos.

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